Lo único bueno y salvable de este hotel veneciano Belle Epoque es que está en una de las mejores localizaciones de la ciudad pues tienes la estación de trenes Santa Lucía a dos minutos andando y la plaza Roma a cinco minutos andando pero a media hora de la Plaza San Marco.
El hotel Belle Epoque está desfasado, la conexión wi-fi es gratis pero va a ratos, la habitación que nos tocó es de otra época y parece que te va a aparecer algún fantasma (eso a mí me encantó pero a mi esposa no tanto). El personal es amable. El desayuno es buffet y no es nada del otro mundo.
En definitiva es ideal si apenas vas a estar en la habitación, sólo dormir y una ducha, siempre que lo pilles a buen precio.