Juan Herbera ha publicado en su blog un post sobre la sustitución de equipos de proyección de las salas de cine y me ha parecido, una vez más, un buen artículo pero como le he comentado en Twitter los cines en España juega en otra división, tanto en lo económico como en previsión. Y claro, ahora se está viendo los efectos de tomar decisiones incorrectas.
Muchos cines españoles han digitalizado sus salas intentando ahorrar lo máximo posible adquiriendo proyectores de gama baja sin pensar en el futuro y algunos se han llevado un susto al ver como sus máquinas se han quedado obsoletas en menos de un año (un ejemplo, esas salas que querían proyectar en el formato HFR y se llevaban las manos a la cabeza al ver que sólo actualizar la tarjeta gráfica le suponía un plus de 15000 euros mínimo y si tenían suerte ya que no todos los proyectores disponen la posibilidad de poder actualizarse a este tipo de proyección). Muchos exhibidores han tirado la casa por la ventana para digitalizar y no se pueden gastar otra gran cantidad de dinero para invertir en renovar las máquinas (ni con el VPF sale rentable) cuando con los proyectores analógicos pasaba todo lo contrario; te podía durar décadas, si no tenía algún defecto de fábrica, tan sólo pagando por reemplazar alguna pieza que, con su mantenimiento oportuno, era raro que sucediera. Sólo hay que ver lo que pasa con las salas IMAX en España; las analógicas apenas se utilizan por lo que han quedado como un bonito y caro objeto de decoración y los cines especializados que proyectaban en este formato han ido cerrando mientras que los digitales, licencia que tiene Cinesa, sólo hay dos en nuestro pais, algo irrisorio viendo el éxito que está teniendo en otros paises.
Es lo que tiene cuando hemos pasado de algo mecánico a algo informático. Todo tiene sus cosas buenas y malas. Os pongo el ejemplo de los móviles; pagas un considerable dinero por un dispositivo que dentro de dos o tres años se te ha quedado anticuado por distintos motivos (no puedes actualizarle el firmware, cada vez son más frágiles, obsolescencia programada, …). Aquí pasa lo mismo. Hay proyectores digitales que son increibles ahora pero que mañana ya se han quedado primitivo. Otra demostración; hace un par de años estos proyectores digitales usaban lámparas que, según el fabricante, duran como mucho quinientas horas, tirando por lo alto y con su correspondiente mantenimiento, y ahora hay otras máquinas más recientes que la lámpara te puede durar mínimo dos mil horas y sin apenas cuidarla. Y todo ello sin hablar de las proyecciones láser que, para el año que viene, estará disponible en muchos cines europeos, asiáticos y norteamericanos. Es beneficioso en todos los sentidos; en cuanto a calidad de imagen como ahorro de electricidad,… Pasa lo mismo con los discos duros de los servidores; hace unos años en una sala de un cine podían proyectar una película o a lo sumo dos semanalmente (un largometraje puede ocupar entre 80 y 200 Gb, dependiendo) por lo que dos hard disks de 500 gigabytes podía ser más que suficiente pero actualmente es extraño que en una sala no se proyecten tres o cuatro films distintos diariamente o los fines de semana, por lo que esos discos duros necesita ser mínimo de un terabyte (y estoy tirando por lo bajo).
Y todo esto sin contar porque muchas de las personas que han tomado la decisión de digitalizar sus cines sólo han pisado la cabina para hacerse una foto, para saludar al personal o directamente para despedirlos. Estos jefes de cine, que apenas salen de su oficina, no piensan como espectador ni como operador de cabina, si no como empresario u oficinista, por lo que sólo miran números, observan lo que es mejor económicamente para su empresa mensualmente ignorando lo que pueda pasar dentro de un año o una década, y buscando la manera de poder vender la cadena de cines a una empresa extranjera. Una persona así, aunque tenga el poder de firmar el contrato de compra de los proyectores, no sólo tienen que informarse por el vendedor de las susodichas máquinas, que sólo quieren vender proyectores, si no por un personal cualificado y que muchas veces tienen en plantilla pero que, lamentablemente, han ignorado.
Y ese es otro tema; muchas empresas de digitalización han «vendido la moto» a los cines diciendo que con las máquinas digitales no hace falta operadores de cabina, por lo que han suprimido este puesto de trabajo o simplemente un gerente/portero hace las funciones primarias de cabina pero se olvidan de que el operador no sólo proyectaba, si no que hacía limpieza y mantenimiento. En algunas salas exhibidoras aún existe el operador (o técnico como ahora lo han rebautizado) pero si es un personal de cuarenta horas contratadas, sólo pasan entre cuatro y veinte en cabina y el resto del tiempo está cortando tickets, vendiendo entradas o limpiando salas. Y con el tiempo se está notando, sobre todo en las redes sociales, que las salas exhibidoras españolas que prescindieron de estos trabajadores se están arrepintiendo (lámparas pasadas de horas que no se encienden o se apagan en plena proyección, ventanas sucias, proyecciones en formato incorrecto, películas o anuncios incorrectos,…). Una gota más en un vaso de paciencia del espectador que se está derramando desde hace años.
En resumen, muchas cadenas de cines se han dado cuenta que han tomado una mala elección, ya sea por el ahorro económico o por pensar a corto plazo o directamente que la persona que ha tomado la decisión no sabía del asunto y se ha dejado llevar por las opiniones de los vendedores de proyectores digitales, y ahora toca aguantarse con unas máquinas obsoletas y ahorrar, algo imposible en estos tiempos en los que estamos. Pan para ayer, hambre para hoy y mañana.
[…] Las cabinas de cine digitales españolas; pan para ayer, hambre para hoy (y mañana) […]