Quinto día de la 62ª edición del Festival Internacional de cine de San Sebastián. Un día flojo en cuanto a la calidad de las películas pero que por suerte termina bien. Las mudanzas y las relaciones de parejas ha sido el tema en algunos largometrajes.
Empezamos el día viendo dos películas y las dos decepciones; la película chilena «La voz en off» que si no fuera por algunos detalles visuales podría ser un habitual telefilm para dormir la siesta. Y «Limbo», que si creíamos que el límite estaba en «Black Coal» de mala cinta nos equivocábamos porque está esta cinta. La gente reía por no llorar.
A las 16:30 decidimos ver «Love is strange (El amor es extraño)», película en la que sólo me quedo con el duo protagonista y con algunos planos que parecen cuadros ya que es de esas cintas que, aunque sucedan cosas, no interesa nada al espectador. Pensábamos que la cosa no podía empeorar pero estábamos equivocado.
Y terminamos el día con «La sal de la tierra». Historia y obra del fotógrafo Sebastião Salgado. Vida y muerte sobre el mundo. Documental duro pero necesario. Impactante. Brutal. Mal cuerpo se te queda tras verlo (y eso que tiene un mensaje positivo al final). No dejará a nadie indiferente.